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TRADERS´ 06.2019

PERSPECTIVAS

La fotografía a cierre de 2018 se mantiene pare-

cida a la de los últimos años en la que los depósitos

absorben aproximadamente un 40%, fondos cerca

del 20% y seguros en el entorno del 11%. La renta

fija es casi inexistente y la bolsa ofrece una mínima

presencia.

Actualidad y expectativas de futuro

Sin necesidad de leer posos de café los augurios sobre

la evolución futura del patrimonio financiero de las

familias españolas conducen a reflexionar sobre un

más de lo mismo, esto es, sin poder aprobar la asigna-

tura de “de ahorradores a inversores”.

Lacrisishaafectado los ingresos familiares, biendirectos

vía reducciones salariales o indirectos por las ayudas

que han debido prestarse miembros de las familias.

El poco ahorro que se da se mantiene con matices

conservadores dado el escenario de inseguridad que

se está viviendo, tanto de la óptica personal como la

de los mercados.

Las dudas que se presentan ante el ciudadano medio

son, sobre todo, las prestaciones por la jubilación en

dos vertientes.

La primera, el mantenimiento o no del sistema público,

siempre puesto en duda por la oposición al gobierno,

sea del color que sea, y asegurado por los del partido

en el poder, sea del color que sea.

La segunda por el poco - por no decir nulo - atrac-

tivo fiscal que presentan los instrumentos alterna-

tivos privados, planes de pensiones y seguros de vida

y ahorro.

Como aviso e inquietud para navegantes queda el

saldo negativo del crecimiento del ahorro financiero

de 2018, no ya por su cuantía, escasa, sino por la

tendencia, aunque deba citarse que esta reducción

es consecuencia del efecto mercado, esto es, por la

depreciación del valor de los activos.

Otro punto a tener en cuenta de cara al futuro

es el cambio en el modelo de banca que se está

implantando.

Hasta hace un tiempo se seguía una banca de proxi-

midad en el que, con un ratio similar al de bares y

cafeterías de casi una oficina por cada mil habitantes,

el personal nacía, crecía, se desarrollaba y moría en el

mismo local y que fue mutando hacia otro en el que

asomaba una rotación de las personas manteniendo

la cercanía física y basado en la confianza.

El pasado reciente y el esperado futuro dirigen hacia

un modelo en el que el cliente - casi - no deberá ir a

la oficina porque dispondrá de herramientas informa-

tizadas para satisfacer sus necesidades; el número de

locales físicos se irá acortando y alejando de la resi-

dencia familiar rompiéndose así el contacto comprome-

tedor con los empleados. Para asuntos de más enjundia

los bancos dispondrán de grandes locales en los que

mediará un cierto nivel de asesoramiento reglado.

Al tiempo, y como ha ocurrido en países más avan-

zados de nuestro entorno, la figura del “asesor finan-

ciero independiente” se pondrá en valor. Esa persona

ofrece ayuda sin compromiso a cambio de una remu-

neración, esto es, en base al perfil y necesidades del

cliente muestra una panoplia con los activos que

mejor se acomoden al ciudadano.

La implantación de este colaborador será lenta

y costosa pues el español tipo es reacio a pagar

por recibir un servicio que hasta ahora le ofrecía –

aparentemente – gratis el director de su oficina, pero

la línea a seguir será esta.

Teniendo en cuenta lo antedicho, se producirá un

cambio pero de digestión lenta. Es razonable pensar

que la fotografía actual se va más o menos a mantener

con tendencia a disminuir en algo la presencia de los

depósitos y creciendo la inversión colectiva en fondos

tradicionales, de pensiones y seguros. Para que se

acelere o frene el sentido del párrafo anterior cobrarán

importancia las medidas que tome el gobierno para

mantener la previsión pública en los niveles actuales

y / o fomentar la privada como complemento o sostén

de la anterior. En este caso de abre una doble vía.

Por un lado obligar a que los trabajadores aporten

parte de su salario a planes privados y por otro faci-

litar liquidez y ofrecer un buen tratamiento fiscal para

los importes destinados a cubrir esta contingencia.

La transición del ahorro a la inversión (de ahorradores

a inversores) seguirá siendo una entelequia alejada

de nuestra realidad.

Fondos de inversión y de pensiones notaron con fuerza la reacción de los ciudadanos

ya que las emisiones resultado de titulizaciones llevaron a pérdidas notables.