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TRADERS´ 06.2019
PORTADA
Por otro lado, en bolsa, se da la paradoja de que muchos
inversores cierran la posición que va bien - el restaurante-
y se quedan la que va mal - el pub-, cuando lo que hay
que hacer es todo lo contrario. Es decir, no dejan correr
los beneficios de un valor al alza y, en cambio, acumulan
las pérdidas de un valor a la baja. Hasta ese punto el ego
juega en contra de la rentabilidad en bolsa.
Así pues, en lugar de dejarte dominar por el ego, actúa
como un robot y no dejes que los sentimientos te
gobiernen a la hora de invertir.
Disfruta cuando los beneficios estén a tu favor
Como decía anteriormente, a los inversores les cuesta
dejar correr los beneficios. Justamente cuando más
podrían disfrutar invirtiendo, al ver cómo una acción de
su cartera sube semana tras semana, mes tras mes, se
dedican a sufrir pensando que, en cualquier momento, se
podría girar la tendencia.
Dicho de otra manera, el miedo se convierte en el peor
enemigo de los inversores cuando los beneficios están
a su favor. Les invade el miedo a perder lo que ya han
ganado, aunque sea poco. Entonces, la idea más recu-
rrente que impone ese miedo en la mente del inversor es
la que reza el famoso refrán “más vale pájaro en mano
que ciento volando”
¿Pero por qué ganar un 10% cuando puedes tener un 50%,
un 60% ó un 100% de beneficio?
Por supuesto, dejar correr los beneficios en bolsa no
quiere decir olvidarse del riesgo. El riesgo está ahí y
tenemos que gestionarlo, sobre todo, usando los stops.
Haz de los stops tus grandes aliados
Los stops son los grandes aliados de los inversores.
Permiten limitar las pérdidas cuando las acciones bajan
y también dejan correr los beneficios cuando el precio de
una empresa se revaloriza. Por tanto, constituyen la prin-
cipal herramienta para gestionar el riesgo en tu inversión.
Precisamente, uno de los factores que se deben tener en
cuenta a la hora de elegir un bróker es que éste permita la
colocación de stop loss en todos los mercados.
Invertir en bolsa sin usar stops es como conducir sin
frenos en un camino plagado de socavones inesperados,
en los que corremos el peligro de caer. Y, aún así, hay
mucha gente que no usa stops.
Si colocas un stop loss cada vez que abres una posición en
bolsa, ya eres en parte ganador. ¿Por qué? Porque ganas
en tiempo y ganas en tranquilidad, que ya es mucho.
Una vez dicho esto, surge la cuestión de qué tipo de stop
loss te conviene más. ¿Es mejor usar un stop a mercado
o un stop limitado?
Nosotros somos más partidarios del stop a mercado, por
la sencilla razón de que es el tipo de stop que nos garan-
tiza realmente que la posición se cerrará si se cumple la
condición que hemos especificado previamente, aunque
para ello tengamos que aceptar, a veces, un precio de
mercado menor al estipulado.
Por otro lado, tan importante como usar stops es
gestionar nuestras emociones cuando un stop salta y la
acción se vende. Es justo en ese momento cuando más
conviene pensar como un robot y aplicar todo el prag-
matismo posible. En vez de verlo como la pérdida de una
inversión, tómalo como la oportunidad de encontrar una
acción mejor en la que invertir ese dinero fresco.
Diversifica y vencerás
Aparte de los stops, contamos con otra herramienta
fundamental para gestionar el riesgo en bolsa: la
diversificación.
Diversificar es imprescindible para minimizar el riesgo en
las inversiones, tanto dentro de la bolsa como fuera de ella.
Poner todos los huevos en la misma cesta equivale a
jugárselo todo a una carta, de forma que si esa carta sale
mala, perdemos el 100%.
Pero diversificar no significa invertir en tres bancos dife-
rentes o en dos energéticas españolas, por poner un
ejemplo. Diversificar es invertir en distintos sectores
y países, de manera que no solo ampliamos nuestras
probabilidades de ser rentables, sino que también redu-
cimos las posibles pérdidas en caso que uno de esos
sectores o países sufra caídas.
No es casualidad que los empresarios más exitosos del
mundo diversifiquen sus inversiones de forma estraté-
gica. El mismo Warren Buffett tiene su cartera distribuida
Los resultados que obtengamos en nuestra operativa dependen
en un 60% de la gestión de nuestro ego.