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TRADERS´ 05.2019
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importantes, no hay duda, pero es mucho más impor-
tante estudiar el proceso subyacente y comprender qué
condujo exactamente a ese resultado, ya sea bueno o
malo. Si se enfoca solo en los resultados, no tendrá idea de
si el proceso que los creó tiene sentido o no. Como resul-
tado, uno se basa demasiado en los resultados recientes,
lo que puede ser completamente engañoso. Por ejemplo,
una estrategia que simplemente compró 50 acciones de
EE. UU., debido al mayor crecimiento de ventas anuales
en este país, produjo un rendimiento anual de alrededor
del 27 % desde 1964 hasta 1968, mientras que el índice
S&P 500 solo ganó alrededor del 10 % al año. Pero, de
hecho, esta estrategia es altamente especulativa y solo
funcionó bien durante algunos años. Históricamente,
el rendimiento ya era malo en ese momento y, después
de 1968, ya no había más que ganar. Desde 1964 hasta
2009 (incluidos los buenos años ya mencionados), esta
estrategia arrojó un poco menos del 4 % al año, mientras
que en el S&P 500 fue de alrededor del 9,5 % al año. Lo
que realmente cuenta para los rendimientos a largo plazo
no es el crecimiento de las ventas, sino la valoración
fundamental, que a menudo es demasiado alta para las
acciones con el mayor crecimiento de ventas (sin otras
limitaciones). Al evaluar el proceso subyacente, es impor-
tante decidir si realmente tiene sentido. Es mejor observar
cómo se ha desarrollado el proceso durante un período de
tiempo más largo. De esta manera, podrá evaluar mejor si
los resultados a corto plazo se deben a la suerte o la habi-
lidad. Nos gusta ver las estrategias de forma continua,
creando lo que podríamos llamar una “película” en lugar
de una simple instantánea. Entonces podremos ver cómo
se han comportado las estrategias en las diferentes fases
del mercado. Tomemos como ejemplo a Warren Buffett. Si
a finales de 1999 decidiera invertir en acciones de Berk-
shire Hathaway en base a resultados
a corto plazo, probablemente no le
habría gustado, ya que las acciones
tenían un rendimiento significativa-
mente peor que el S&P 500 en ese
momento. De hecho, su escepti-
cismo se habría visto reforzado por
la noticia de aquel momento en que
se suponía que el simple proceso
de Buffett dejaría de funcionar en
el “nuevo mundo” dominado por el
sector tecnológico. Pero si hace un
análisis de la estrategia de Buffett,
encontrará que nada ha cambiado y
que se siguen usando los estrictos
criterios que siempre aplicó:
1.
Marcas importantes.
2. Productos y servicios simples y
fáciles de entender.
3. Retornos constantes y sólidos
durante un largo período de tiempo.
4. Deudas bajas y manejables y
5. Buen retorno de capital y otras
métricas sólidas.
Parecen criterios razonables para comprar acciones,
y Buffett no mostró señales de que se desviase de esta
estrategia siendo paciente y persistente, apegándose a
una estrategia probada, incluso si no funcionó a corto
plazo.
3.
Los traders activos de éxito ignoran las esti-
maciones y pronósticos.
Los pronósticos y predicciones sobre lo que podría
suceder en el futuro son intuitivamente atractivos
para nosotros. Porque anhelamos descubrir el futuro.
Tendemos a extrapolar lo que ha sucedido últimamente
al futuro, lo que casi nunca funciona. Mi hijo, el gerente
de la cartera de OSAM, Patrick O’Shaughnessy, presentó
un estudio que decía: “El Grupo Asesor de CXO ha recopi-
lado y rastreado 6582 pronósticos de 68 gurús de inver-
sión diferentes desde 1998 hasta 2012. La tasa promedio
de aciertos fue solo un 47 %, peor que tirar una moneda
Warren Buffett sobrevivió a la pérdida mostrada en la Figura 1. Mantuvo su perspectiva a largo plazo,
y era consiente de sus mejores prácticas con respecto a los resultados a corto plazo y perseveró en
su enfoque. El resto es historia.
Fuente:
www.tradesignalonline.comG2
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