PERSPECTIVAS
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la campaña, y que pasa por bloquear acuerdos comercia-
les como la Alianza Transpacífica, con las consecuencias
que esto tendría a nivel global. En cualquier caso, es difí-
cil que el candidato que salga elegido pueda llevar a cabo
todas sus ideas y proyectos, al no contar, probablemente,
con el número de apoyos necesarios.
La mala relación con la FED por parte de Trump, sus
ideas sobre la posesión de armas ilimitada o la anulación
de la reforma Dodd-Frank que afecta a los bancos, son
clave a la hora de calibrar el impacto en Wall Street del re-
sultado. Con todo, un triunfo por parte de Trump genera-
ría una incertidumbre que probablemente se extendería
al resto del mundo en forma de volatilidad.
El futuro de la FED en entredicho
Que Donald Trump no es el mejor amigo de la FED es de
sobra conocido, y la posibilidad de borrar a la Institución
centenaria del mapa financiero en EEUU está ahí; esto im-
plicaría un antes y un después en la historia económica
americana.
A pesar de que la Reserva Federal no es perfecta, y ha
cometido errores a lo largo de su historia, su papel duran-
te la crisis del 2008, con Bernanke a la cabeza, fue crucial
a la hora de estabilizar los mercados.
Pero según Trump, la bolsa ameri-
cana cotiza en máximos porque “no
es real”, considerando que el dinero
ahora mismo “es gratis”. Gran ene-
migo de la Globalización no le falta
razón en que la economía global ac-
tual forma parte de un guion escrito
por los Bancos Centrales, y la ame-
ricana ya podría comenzar a “andar
sola” ya que una prolongación en
el tiempo de tasas bajas se puede
convertir en una burbuja irreal. Aho-
ra bien, eso es una cosa y quitarle
mérito a las actuaciones llevadas a
cabo por la FED en su momento es
otra. Cuando Yellen anunció el tape-
ring y la futura subida paulatina de
las tasas no contaba con la crisis de
los precios de las materias primas o la ralentización de
China. Es por ello, que la FED no ha tenido prácticamente
otra elección que la de mantener los tipos en los niveles
actuales.
Con todo, un ataque directo de la Casa Blanca hacia
la Reserva Federal tendría un efecto de desconfianza por
parte de los mercados cuyas dimensiones son difíciles de
calibrar. El debate, además, estaría servido en cuanto al res-
to de Bancos Centrales, como el BCE o el BOJ. El primer
impacto cortoplacista implicaría, probablemente alta incer-
tidumbre que se traduciría en volatilidad en los mercados.
Durante el mandato de Bush (hijo) tuvo lugar la crisis del 2008, derivada de las malas prácticas llevadas a cabo
por el sector bancario con las hipotecas “subprime”. La intervención de la FED coincide con las legislaturas de
Obama, que han llevado a la renta variable americana a máximos históricos.
Fuente: Plataforma Next Generation de CMC Markets
G1)
El S&P 500 durante los últimos gobiernos en USA
Alguno de los sectores que debemos tener en el punto de
mira después de las elecciones son el financiero, el sector
asegurador médico o la industria armamentística, así como
todas aquellas empresas que tienen transacciones comer-
ciales con el exterior, especialmente con China o México.
El ObamaCare, el futuro de la FED y la posesión de armas
ilimitada son algunos de los puntos que más preocupa a la
población estadounidense.
Sectores a vigilar
Según Trump, la bolsa americana cotiza
en máximos porque “no es real”.