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TRADERS´ 06.2020
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“El curso de la historia (económica)
está determinado en gran medida por
el conocimiento humano. No podemos
predecir el conocimiento futuro con
métodos científicos racionales. Por
esta razón, el curso futuro de la historia
no puede ser predicho. Este rechazo
condensado y ligeramente modificado
de los pronósticos históricos de Karl
Popper de “La Pobreza del Historicismo”
no ha perdido nada de su validez incluso
después de 84 años. Sin embargo,
los inversores se enfrentan al dilema
de no poder invertir. Entonces, ¿cómo
pueden posicionarse para los presuntos
tiempos turbulentos que se avecinan
tanto en la economía financiera como
en la real? El Talmud de Babilonia, que a
lo largo de los siglos ha ayudado a sus
sufridos lectores a acumular, preservar
y aumentar su riqueza incluso en las
circunstancias más adversas, ofrece
una orientación: “Uno siempre debe
dividir su riqueza en tres partes: un
tercio de tierra, un tercio de mercancías
y un tercio de dinero en efectivo. Si
lo miras ahora, es como las materias
primas, acciones y bonos.
O acciones de las empresas cotizadas
(productos básicos), así como liquidez
en forma de reservas de efectivo, bonos
y metales preciosos (efectivo en mano),
que se ha enseñado académicamente
durante algunas décadas como “Teoría
Moderna de la Cartera” (MPT).
En la práctica, esta asignación de
activos puede, si se desea, estar
completamente representada por
valores cotizados en bolsa, y a dife-
rencia de la antigüedad, la Edad Media y
los primeros tiempos modernos, puede
incluso diversificarse a nivel mundial. Si
se elige el corredor adecuado, los costos
que ello conlleva son insignificantes, de
modo que el enfoque también es acce-
sible a activos relativamente pequeños.
Esa combinación de activos, ponderada
según las preferencias individuales y
el apetito de riesgo, debería al menos
contribuir a garantizar que los esfuerzos
de limpieza y los desafíos políticos
(fiscales) en la era posterior al cierre por
Covid-19 no sean demasiado erróneos.
Pero sobre todo, en estos tiempos es
importante cultivar lo que probablemente
sea el activo más importante de todos:
el propio capital humano. ¡Porque nadie
puede quitarte lo que tienes en la cabeza!
COLUMNIA
Un tercio de tierra,
un tercio de mercancía
y un tercio de dinero en efectivo
Luis Pazos
Autor de libros y Blogger