Realmente, esta vez era fácil adivinarlo porque este
mes vamos a conocer al nuevo inquilino de la Casa
Blanca por los próximos cuatro años y la presidenta de
la FED, Janet Yellen no debía de interferir en la carrera
presidencial si no estuviera muy justificado. Aún así, las
votaciones arrojaron tres votos a favor de la subida ya
en septiembre contra los siete vencedores de continuar
sin cambios. Esto me da a pensar que no será hasta la
reunión de diciembre, al igual que ocurriese en el año
pasado 2015, cuando tendremos un nuevo paso hacia la
normalización monetaria. Sólo si continúa la relajación
en el crecimiento económico podría estar equivocado,
pero en la media que la creación de empleo siga al ritmo
actual sin darnos otro susto como el que nos dio en agos-
to, entonces deberíamos ver esa subida de un cuarto de
punto porcentual en la última reunión de este año.
Ante este escenario, si es de los que ya se ha cansado
de tanto movimiento lateral, mi mejor consejo es que no
vuelva a asomarse al mercado porque mucho me temo
que tenemos lateralidad para aburrir.
Tal y como podemos observar en el gráfico hemos su-
frido un canal lateral extremadamente largo en el tiempo
(casi dos meses) y estrecho en puntos (apenas 35 puntos)
que finalmente quedó perforado por la parte inferior. Con
esa perforación se alcanzó en potencial óptimo de correc-
ción y ahora que el selectivo estadounidense ha consegui-
do rebotar al alza, con la decisión de mantenimiento de los
tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadouni-
dense, parece que quiere retomar la anterior lateralidad.
La clave
Para mí, que estoy escribiendo el presente artículo en
el día del comunicado, me es difícil aventurarme y dar
por hecho que se va a conseguir la
reentrada en el rango de lateralidad
anterior, pero a usted como lector ya
tiene esta incógnita aclarada.
Por lo tanto, si el selectivo es-
tadounidense ha conseguido cuan-
to menos dos cierres consecutivos
por encima de los 2.156,58 puntos,
entonces es muy probable que
continuemos en el limbo hasta el
próximo gran acontecimiento que
será la elección del inquilino de la
Casa Blanca. Eso implicaría que los
vendedores se encargarán de que
el índice S&P 500 no se eleve por
encima de los 2.190 puntos en base
cierres.
Pero una moneda siempre tiene dos caras, enton-
ces debemos prepararnos también para el otro plan. En
el caso que el selectivo estadounidense no sea capaz de
reentrar en la lateralidad superior, el protagonismo lo
acogerá el soporte de los 2.120 puntos y por extensión el
nivel de retroceso del 38,2 por ciento de Fibonacci en los
2.116,78 puntos.
Sobra decir que ver nuevos mínimos por cierres; fil-
tremos siempre con dos cierres consecutivos, pondrán
las cosas más y nos acercaremos a un escenario más co-
rrectivo con un objetivo realista del 61,8 por ciento por
Fibonacci en los 2.068,71 puntos.
And the White House goes to…
Vaya por delante que no lo sé, pero si le puedo decir que
si va a ver un ganador sin lugar a dudas será el merca-
do de valores, pero ojo, no todo. Sin duda las acciones
de empresas de infraestructura y sobre todo de defensa
serán sí o sí las grandes beneficiadas sea quien sea el
próximo presidente de Estados Unidos. También, siem-
pre según los correspondientes programas electorales
de los candidatos a la Casa Blanca, lo serán las empresas
de energía y especialmente las de renovables en caso de
que gane la candidata Clinton.
Sin embargo, para el resto de sectores las cosas no
son tan idénticas. Si hay presidente en
EE.UU., grandes
empresas como Apple, Best Buy, Walmart o Ford debe-
rían sufrir así como las especializadas en la realización
de remesas de dinero al extranjero como Moneygram o
Western Union, mientras que si lo que tenemos es pre-
sidenta en
EE.UU., entonces las empresas que deberían
pasarlo mal serían los bancos, las petroleras y las farma-
céuticas.
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PERSPECTIVAS
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Evolución del índice estadounidense S&P 500 en base diaria.
Fuente:
www.tradesignalonline.comG1)
S&P 500